viernes, 5 de agosto de 2011

LA CRISIS DE 1976, LUIS ECHEVERRIA.-


El Origen:
La llegada a la presidencia de la República de Luis Echeverría Álvarez en 1971, debe ser considerado (además de muchos otros) como el error más grave que cometió el presidente Díaz Ordaz. Error que él mismo reconoció en alguna ocasión.
Ya antes comentamos que lo ideal habría sido continuar la política económica del D.E y efectuar los ajustes pertinentes para empezar a abrir el sector externo de la economía nacional, sin embargo Luis Echeverría le dio un giro brusco, que finalmente la condujo al caos.

El haber sentido en carne propia los efectos de aquellos días, me dejó un recuerdo imposible de borrar. En un negocio pequeño, como el que me tocó fundar en 1957, siempre tuvimos la percepción de que el gobierno en turno nos respaldaba y reconocía nuestro esfuerzo de estar creando 40 o 50 fuentes de trabajo, que sustentaban a un número equivalente de familias. En esos años, los del D.E, era natural que me sintiera un poco orgulloso de estar colaborando con un granito de arena al crecimiento de nuestro país. Sin embargo con la llegada de Luis Echeverría, se acabó con aquel sentimiento y vino a crear una fuerte pugna entre la clase empresarial y sus trabajadores.

Echeverría descalificó la política económica que había prevalecido durante los 12 años anteriores, aduciendo un inequitativo reparto de la riqueza, que el denominó “excesiva concentración del ingreso” y que por lo tanto, enarbolando la supuesta bandera de la "justicia social" iba a reivindicar a los trabajadores. Lo único que propició fue un gobierno populista y demagógico, con un terrible despilfarro en el gasto público y el inicio de la carrera ascendente del endeudamiento y la inflación. El modelo económico que se proponía llevar a efecto en su sexenio llevó el nombre de Desarrollo Compartido y el lema que se fijó desde el inicio de su campaña electoral fue: Arriba y Adelante.

En 1971, quince años después de haber fundado nuestra empresa, empezamos de inmediato a vivir la espantosa política populista del nuevo régimen. Todos nuestros planes se fueron viniendo abajo y en verdad muy pronto perdimos el entusiasmo por crecer y tener un mayor número de trabajadores y empleados.
La pugna entre los grandes empresarios y Echeverría fue muy marcada, pues imagino que ellos al igual que a mí me sucedía, temían ser desplazados o intervenidos en sus áreas de trabajo. En esos años y como respuesta a la política populista de Echeverría nació el Consejo Coordinador Empresarial, que aglutinó a las principales asociaciones de empresarios y que servía como un escudo de defensa de la iniciativa privada contra las acciones del gobierno.

El primer año de gobierno se caracterizó por su falta de definición en la política económica y se habló con frecuencia de "atonía", en virtud del bajo crecimiento del PIB, mismo que se redujo del 6.5% en 1970 al 3.7% en 1971. Aún así, la inflación se mantuvo en niveles cercanos al 5%, mientras que la de Estados Unidos se redujo al 3.27%

A partir de 1972 las cosas cambiaron y se optó por incrementar la participación del Estado en el desarrollo económico nacional, invirtiendo no solamente en la construcción de obras de infraestructura, sino también en el desarrollo industrial, al crear o comprar nuevas empresas que fueron afiliadas al rango de paraestatales.
A continuación me permito reproducir un párrafo del libro Deuda, Inflación y Déficit que fue publicado en 1997 por la UAM Campus Iztapalapa, bajo la dirección del Maestro en Economía Alcides José Lasa Crespo:

"Fue así como a la “atonía” del primer año le siguió durante casi todo el resto de la administración (con frenos y arranques) una política expansiva del gasto público, a tono con lo que era el proyecto inicial. El gasto del sector público fue incrementándose rápida y sostenidamente, pasando del 20.7% del PIB en 1971 al 31.8% en 1976. Por otro lado, el gobierno introdujo una reforma institucional que facilitó la política de inversión pública: el traspaso de la facultad de decisión en esta materia desde la SHCP a la Secretaría de la Presidencia."

Una de las múltiples frases que tuvo a bien, o mal, pronunciar el presidente Echeverría, fue ésta:
“Las finanzas públicas se manejan desde Los Pinos”
y como era de esperarse dio lugar a un absoluto desorden en el gasto y las inversiones públicas.
Para ese entonces, 1973, y a raíz de un intento fallido de reforma fiscal que le diera más recursos, tomó la decisión de despedir a su Secretario de Hacienda Hugo B. Margain.
La creciente expansión del gasto gubernamental, sin el respaldo de los correspondientes ingresos tributarios, dio lugar a un incremento del déficit público, el cual fue financiado primero, mediante incrementos sucesivos del encaje legal del Banco de México, que pasó de 34.8% en 1971 a 51.1% en 1976. Al agotarse esta vía, se continuó con deuda externa y con el aumento del dinero en circulación, emitido sin respaldo por la Casa de Moneda.

La inflación fue desbocándose año tras año y para 1973 ya estaba fuera de control al llegar a 21.37%, estableciéndose así en niveles de dos dígitos no vistos desde el año de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Si alguien nos hubiera dicho, que a partir de ese momento tendríamos que esperar ¡20 años! para volver a ver inflaciones de un dígito, nunca lo habríamos creído, pero aún menos imaginar que en los años 80 llegaríamos a ver inflaciones de tres dígitos. Aquello era ya el principio del fin.
Entre 1959 y 1971 durante la época del D.E los salarios mínimos, y por lo tanto todos los demás, se ajustaban cada dos años, dado que el crecimiento de los precios era imperceptible. El período de 1972-1973 fue el último , pero la inflación de 1973 obligó a realizar el primer incremento de emergencia de los salarios del 18%, que tan solo estuvo vigente entre septiembre y diciembre de ese año. El desorden continuó y los salarios aumentaron 6 veces en forma irregular entre 1973 y 1976. La espiral inflacionaria había comenzado, sin que pudiésemos imaginar cuantos años habría de durar. Hoy sabemos que la inflación permaneció sin control durante 27 años y aún así, es frecuente escuchar quien pregunta porqué razón, después de aquello, dejamos de crecer.

Pero otro de los indicadores macroeconómicos sin control fue la Deuda Pública, tanto interna vía encaje legal, como la Deuda Externa, la cual se cubre en dólares y mediante el pago de altas tasas de interés. la Deuda Externa que recibió Echeverría al inicio de su gobierno fue de de 4,263 millones de dólares y para fines de 1976 dicha deuda había llegado a 19,600 millones de dólares, equivalente a 4.6 veces la inicial y al 28.6% del PIB corriente. En verdad inconcebible la forma en que se manejaron las finanzas nacionales desde Los Pinos.

La bomba de tiempo había quedado finalmente preparada y para mediados del año de 1976 el diferencial de inflaciones entre México y los Estados Unidos era muy considerable y por lo tanto nuestro peso estaba sobrevaluado por arriba de un 35%. El resultado era previsible y por lo mismo en los tres primeros trimestres de 1976, se calcula una fuga de capitales de 1800 millones de dólares, medida de acuerdo con el renglón de Errores y Omisiones de la Balanza de Pagos.
La devaluación era inminente y para el 31 de agosto de 1976 el Banco de México se retiró del mercado de cambios y nuestra moneda quedó en flotación, determinando su valor por la oferta y la demanda. En el primer día el tipo de cambió pasó de 12.50 a 20.60 pesos por dólar. 64.8% de devaluación en un solo día.
A continuación se reproduce un párrafo del Informe Anual del Banco de México de 1976, referente a la devaluación de ese año:

"El déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos disminuyó de 3 693 millones de dólares en 1975 a 3 005 millones en 1976. Sin embargo, el resultado global de nuestras transacciones con el exterior mostró un deterioro, puesto que la salida neta de capital a corto plazo, reflejada por el rubro de errores y omisiones, que en 1975 fue de 460 millones de dólares, llegó a 1 983 millones de 1976. Por tal motivo las necesidades totales de divisas por estos rubros, no cubiertas por ingresos en cuenta corriente, pasaron de 4 153 millones en 1975 a 4 988 millones en 1976. No obstante el nivel sin precedente de los ingresos netos en cuenta de capital a largo plazo, 4 655 millones de dólares, en buena parte determinados por el endeudamiento al sector público, éstos no alcanzaron a cubrir los requerimientos mencionados anteriormente, por lo que fue necesario utilizar para este propósito un monto de 333 millones de dólares de las reservas de activos internacionales del Banco de México, S.A. Ante las crecientes fugas de capital y los desequilibrios fundamentales a que se ha hecho referencia, las autoridades financieras del país consideraron que el endeudamiento externo a que se tenía que recurrir para seguir apoyando el tipo de cambio era excesivo, por lo que decidieron, a partir del 31 de agosto, abandonar el tipo de cambio fijo de 12.50 pesos por dólar, estableciendo un régimen de flotación regulada desde un nivel inicial de 20.50 pesos por dólar."

El largo período de más de 20 años de estabilidad monetaria había terminado ...

Los Efectos:
Las crisis de1976 fue muy distinta a las anteriores que hemos relatado:

  • La crisis económica que culminó con la devaluación, se dio en un año electoral. Es decir que al 31 de agosto habían transcurrido menos de 2 meses de las elecciones del domingo 4 de julio, en que sin competencia alguna, había "ganado" José López Portillo, gran amigo de Luis Echeverría.

  • Motivado por el gran bache constitucional que crea un vacío de poder al permitir que dos presidentes, uno constitucional y otro electo, coexistan durante más de 5 meses, se generó un clima de desconfianza y rumores que no recuerdo haber vivido en otra época. Tómese en cuenta que los medios de comunicación estaban totalmente controlados y los rumores de aquellos días circulaban de boca en boca, aunque muchas veces no fueran ciertos.

  • Seis años de ajetreada política populista habían terminado con la estabilidad económica de nuestro país, pero todo ello dentro de un clima de permanentes expresiones verbales, en su mayoría demagógicas y violentas. Echeverría usualmente un hombre reservado, apenas fue nombrado candidato presidencial del PRI, no paró de hablar hasta el final de su mandato. Se llegó a decir que para él era una necesidad fisiológica.

  • Pero no conforme con ello, Echeverría en pleno 1976 y después de las elecciones, había expropiado 70,000 hectáreas de fértiles tierras de riego en los Valles del Río Yaqui y el Río Mayo de Sonora, y arengaba a los campesinos a defender sus derechos. Nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, no podíamos entenderlo, pues a pesar de que había un presidente electo, les expresaba que no se preocuparan y que continuaría visitándolos aún después de dejar el poder.

  • Para los últimos meses de 1976, una ola de rumores corrían de boca en boca, desde que Echeverría se convertiría en otro Plutarco Elías Calles iniciando un nuevo maximato, hasta que estábamos a punto de convertirnos en un país socialista, al dar Echeverría un golpe de estado.

  • Aquel clima de terror, estimuló aún más la fuga de capitales, había millones de mexicanos que no comulgábamos con los sistemas socialistas que inhiben la libertad ciudadana. Ya habíamos visto pasar por México, miles de cubanos que sin un quinto en la bolsa, huían del régimen de Fidel Castro con destino a Miami.

  • Para 1976 el Estado ya era "dueño" de 272 empresas y organismos descentralizados, la mayor parte de ellos muy mal administrados. No sabíamos lo que vendría después.

La "justicia social" prometida por Luis Echeverría, jamás la vimos y en 6 años de política económica expansiva, en base al endeudamiento, no solamente disminuyó el ritmo de crecimiento, también la inflación quedó fuera de control. Al final de cuentas ese fue el peor impuesto que se impuso al pueblo, pues lo empobreció en grado superlativo, aunque su efecto no fue visible varios años después. La inflación en 1976, último año de gobierno, llegó al 27.2% y el tipo de cambio se incrementó en 60%.

En el sexenio de Luis Echeverría sucedió algo similar a lo que hizo Miguel Alemán y fue el hecho de haber realizado un incremento del salario mínimo del 23%, pero precisamente en octubre de 1976 apenas 2 meses antes del final de su gobierno. Esta situación le permitió mostrar mejores resultados sexenales,obteniendo así, 202% de aumento en el salario sexenal, con una inflación acumulada de 129.70% y un incremento del poder adquisitivo del salario al final de su mandato del 31.62%.
Sin embargo este resultado es engañoso y no reflejaba ningún grado de sustento y permanencia, por tratarse de una situación pasajera y sin base. La espiral inflacionaria sin control alguno, continuaría creciendo y los incrementos de salario jamás habrían de alcanzar a los aumentos de los precios, como podremos observar después. Véase también la tabla Salario Mínimo-Inflación en este mismo sitio.
Decir que el país no había crecido, sería una mentira y lo mismo pensar que el pueblo en general estaba empobrecido y adisgusto en ese momento. Ese era el momento de la fiesta faltaba saber quien pagaría los platos rotos. Véase Populismo en este mismo sitio.
En realidad lo que nadie entendía o podía imaginar, eran los efectos futuros de la terrible crisis de endeudamiento público y la espiral inflacionaria sin control que se reflejarían en el siguiente sexenio.

Las grandes consecuencias de esta crisis podrían resumirse en lo siguiente:

  • El grave endeudamiento público que casi quintuplicó la Deuda Externa en dólares y magnificó la Deuda Interna, vía encaje legal y el aumento de circulante sin respaldo.

  • La espiral inflacionaria sin control que heredó a la siguiente administración y que sería a futuro la causante de la pérdida del poder adquisitivo en el salario.

  • Una devaluación del 60% del peso mexicano, después de más de 20 años de estabilidad.

  • Una política económica expansionista e intervencionista de tinte socialista, que enfrentó a los empresarios con el Gobierno y a la vez con sus trabajadores.

  • Una enorme fuga de capitales, causada por la desconfianza y ante la inminencia de la devaluación que se percibía del diferencial de inflaciones entre México y Estados Unidos, que llegaba a mediados de 1976 a más del 35%

  • Una ola de rumores, que se propagó ante la falta de información fidedigna de los medios de comunicación sin libertad de expresión, y por el largo período en que conviven dos presidentes, el constitucional y el electo.

Así las cosas, ante la desconfianza y la duda, esperamos la llegada del siguiente mandatario.

1 comentario:

  1. la informacion publicada se obtuvo de :
    http://mexicomaxico.org/Voto/CrisisMex.htm

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